Poderoso narcotráfico.- Prácticamente todos nuestros diarios ofrecieron ayer, en sus primeras planas, el bello y apesadumbrado rostro de Sobeida Feliz Morel, a quien la jueza del Tribunal de Jurisdicción Permanente del Distrito Nacional, Daisy Miguelina Abreu, le impuso un año de prisión preventiva que deberá cumplir en la cárcel de Najayo, en San Cristóbal, como medida de coerción por sus implicaciones en el decomiso —calificado de histórico— de 4 millones 625 mil dólares en efectivo, en un operativo en el que las autoridades antinarcóticas también incautaron 28 relojes de lujo, cuatro yipetas y dos apartamentos, entre otros bienes y propiedades .
Sobeida es, hasta el momento, la única persona detenida en torno al espectacular hallazgo, cuya propiedad se atribuye a su compañero sentimental Cristian Almonte, actualmente prófugo y quien según el general Rolando Rosado Mateo, presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), es el principal cabecilla de una poderosa red de narcotraficantes con gran presencia e influencia en las regiones Este y Norte del país.
Tal y como ocurrió con la ya célebre Matanza de Paya, un tumbe en el que murieron asesinados siete ciudadanos colombianos, el decomiso de todo ese dinero permite hacerse una idea bastante aproximada de las dimensiones que ha adquirido la presencia del narcotráfico en la sociedad dominicana, pero también comprender porqué hay que ponerle tanta atención a las recurrentes denuncias del senador por la provincia Peravia Wilton Guerrero, pues a estas alturas resulta harto evidente que ya no pueden seguir siendo consideradas como simples exageraciones de alguien que anda a la caza de protagonismo o notoriedad pública.