Derechos adquiridos.- Ignoro si en el PLD aceptarán como bueno y válido el argumento, pero no hay dudas de que nuestros políticos cada día se atreven a más y cada vez lo disimulan menos. Carlos Morales Troncoso, Canciller de la República y presidente del PRSC, dice que la Liga Municipal Dominicana no debería ser parte de las discusiones sobre qué les toca a los reformistas como retribución por sus aportes a la gran victoria morada del pasado 16 de mayo, pues se trata de un derecho adquirido tras el largo reinado del senador electo por la provincia La Altagracia Amable Aristy Castro. Si ponemos a un lado el cinismo implícito en la afirmación del dirigente reformista, expresión auténtica de la íntima convicción de nuestra clase política de que el Estado y sus instituciones constituyen un botín que les pertenece por derecho propio, lo cierto es que no parece tan descabellada o fuera de lugar, pues simplemente refleja una realidad con la que convivimos todos los días y que tiene sus raíces en el autoritarismo que nos acompaña desde los inicios mismos de la República. Estoy hablando –para citar un ejemplo inevitable– de los derechos adquiridos que creyó tener Trujillo sobre este país y su gente que nos legaron 30 años de dictatura, y ni hablar del doctor Joaquín Balaguer, quien por esperar pacientemente a la sombra de la mata de mangos se creyó con derecho a ser su heredero natural. La propia reelección presidencial de nuestros tormentos es producto del hecho de que un señor elegido por tan solo cuatro años de repente cree haber adquirido el derecho a continuar en el carguito, aunque para ello tenga que arrojar al zafacón de la historia su palabra empeñada o volver a modificar la Constitución. No nos sorprendamos, entonces, si los reformistas finalmente consiguen hacer valer su derecho a controlar la Liga, ni que los peledeístas hagan lo propio con los bufetes directivos de las cámaras legislativas. ¿Moraleja? Los políticos, en este país, tienen derecho a todo.