El mediador.- Mucha gente se pregunta, incluyendo a quien les escribe, si el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez podrá tener éxito donde otros han fracasado si consigue que el gobierno flexibilice su posición frente al reclamo salarial de los médicos y el resto del personal del sector salud.
Rota la tregua que se impuso tras una larga, agotadora e infructuosa lucha por reivindicaciones que entiende fundamentales, el Colegio Médico Dominicano y su presidente, el doctor Waldo Ariel Suero, parecen haber tomado una decisión inteligente: recurrir, en calidad de mediador, a un padrino que da tanta sombra como el cardenal López Rodríguez, en lugar de regresar a las odiosas huelgas que tanto irritan y que tan poca utilidad reportan a su causa, pues resulta obvio que por ese fatigado camino no es verdad que van a convencer a las autoridades de salud de la justeza de su causa y, mucho menos, de la necesidad urgente de mejorar sustancialmente sus magros salarios.
¿Será el Cardenal quien obre el milagro de sacar de su cerrazón al secretario de Salud Pública? Luego de que el país se enteró, gracias a los reportajes de la siempre acuciosa Nuria Piera, de la forma en que gasta el dinero de los contribuyentes el ingeniero Radhamés Segura al frente de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), lo que ha dado pie a suponer que se trata de una situación que se repite —¿por qué no?– con mayor o menor largueza en otras dependencias del Estado, el argumento del doctor Bautista Rojas Gómez de que no hay dinero para satisfacer las exigencias de aumento salarial de los médicos es insostenible, y el Cardenal, quien por no tener pelos en la lengua siempre ha sido capaz de llamar pan al pan y vino al vino, puede ser el mediador ideal —con perdón de Agripino— para hacerle ver al funcionario lo que hace rato está a la vista de todo el mundo.