CLAUDIO ACOSTA
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Derechos laborales.- Se quejan las trabajadoras sexuales, como eufemísticamente llaman ahora a las mujeres que se dedican al oficio más antiguo del mundo, de los maltratos que reciben de parte de la Policía, o mejor dicho de sus agentes, a quienes acusan de ser los principales responsables de los maltratos de que son víctimas.
Agrupadas en el Movimiento de Mujeres Unidas (Modemu), convocaron esta semana una rueda de prensa para denunciar, precisamente, los abusos que aseguran padecer a manos de los agentes policiales, pues según ellas estos las persiguen sin ninguna justificación, las despojan del producto de su trabajo y, para colmo, en muchas ocasiones las obligan a tener sexo gratis. Las integrantes de Modemu, que agrupa -según sus dirigentes- a más de 4 mil trabajadoras sexuales, exigen también la creación de políticas que hagan menos duro el oficio con el que se ganan la vida, que eviten los abusos de parte de la Policía o cualquier otra autoridad y, sobre todo, que no se olvide que son seres humanos de carne, huesos y sentimientos, y no simples objetos sexuales que se pueden usar y tirar.
Cualquiera diría que, como trabajadoras que son, las integrantes de Asodemu tienen derecho a hacer esa clase de reclamos, al igual que cualquier otro gremio a exigir mejores condiciones para realizar su trabajo, pero lo cierto es que a pesar de la modernidad conque se llenan la boca quienes nos gobiernan todavía no hemos llegado tan lejos como para legislar en favor de una minoría, mucho menos si esa minoría la integran prostitutas, pues primero habría que pasar por encima del cadáver del Cardenal. Más razonable parece su exigencia de que la Policía deje de acosarlas y maltratarlas, pues tal vez solo baste con apelar a la buena voluntad del mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín para que imparta instrucciones en ese sentido a sus subalternos. Y que, si acaso no pueden controlar sus instintos más básicos, que por lo menos paguen, como el resto de los ciudadanos, por el servicio que reciben. ¿No es eso lo justo, general?