Consuelo de tontos.- Confieso que estoy sorprendido por el despliegue mediático dado por el gobierno a las irregularidades que se le atribuyen a las empresas Itabo y Cemex en el manejo del combustible exonerado que reciben, pues no se compadece con la prudencia conque se manejan esas acusaciones, mas que nada por el daño que puede ocasionarse a la imagen de esas empresas e independientemente del derecho, fuera de toda discusión, que asiste a las autoridades de vigilar el comportamiento de esas o cualquier otra empresa a fin de garantizar que sus operaciones se ciñan a las leyes del país. Ahora veo que no soy el único, pues la Asociación de Industrias de República Dominicana, por vía de su presidente Manuel Diez, acaba de expresar su sorpresa y malestar por la manera en que se ha manejado el asunto, llevado directamente a los medios sin haberse notificado a los implicados ni dárseles la oportunidad de defenderse o explicar la naturaleza de las transacciones cuestionadas. Ya se sabe que el gobierno no está de paños y manteles con un sector del empresariado, pero lo que está ocurriendo tal vez no sea consecuencia de unas relaciones que no han encontrado, hasta ahora, el cauce adecuado, y mucho menos de los resabios izquierdosos de algunos miembros de esta administración; hacía falta un escándalo para competir con el desmadre destapado en la CDEEE por Nuria Piera, que tiene muy preocupados a sectores del gobierno, y es obvio que lo han encontrado. ¿De qué se trata todo esto? Vicente Bengoa lo dijo clarito, esta misma semana, en una concurrida rueda de prensa, cuando afirmó que el trasiego de combustibles que involucra a Itabo y a Cemex evidencia que la corrupción es un problema generalizado en la sociedad dominicana. Se supone que escuchar eso sea un consuelo, el triste consuelo de los tontos, pero la verdad es que solo es otro motivo mas para sentir verguenza de la sociedad que dejaremos por herencia a nuestros hijos.