Qué  se dice

Qué  se dice

Un derecho vulnerado.- Tal y como  habían denunciado,   a modo de advertencia, organizaciones de la sociedad civil, la compra de cédulas proliferó a todo lo largo y ancho del país durante el proceso de votaciones, una infame práctica en la que incurrieron con notoria mano suelta militantes y dirigentes de los dos principales partidos, el PLD y el PRD,  y así lo hizo constar en su informe de observación electoral Participación Ciudadana.

Tan advertidos estaban unos y otros, peledeístas y perredeístas, de que debían prepararse para contrarrestar esa contingencia que la solicitudes de duplicados de la cédula se dispararon a niveles históricos en estas elecciones; mas de 390 mil, según reveló la Junta Central Electoral, cantidad superior a los documentos que se emitieron en los dos últimos procesos electorales juntos. 

En unas elecciones elogiadas por los observadores de la  OEA debido al comportamiento cívico exhibido por los ciudadanos, la compra de cédulas fue la principal  fuente de conflictos  y agresiones con un saldo de varios heridos de bala, y si hoy no estamos lamentando una desgracia ha sido, sin duda, porque Dios ha metido su mano. ¿Dónde está la Ley de Partidos que debería poner fin a  esas y otras aberraciones de nuestro sistema político? Esa pregunta no hace falta responderla porque todos sabemos que duerme el sueño de los justos (y los olvidados) en el Congreso Nacional, como sabemos también porqué ocurre así; porque a los partidos no les interesa, sobre todo cuando están en el poder, que se les controle ni se les fijen límites.

Y es una verdadera lástima, porque duele comprobar, cada cuatro años, que si bien es cierto que es mucho lo que los ciudadanos hemos avanzado en el aprendizaje de los  usos y ritos de la democracia, es mucho también lo que se esfuerzan nuestros políticos por impedir que alcancemos el disfrute pleno de los derechos que consagra, empezando por el derecho a elegir libremente, mediante el voto, a nuestros gobernantes.

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