Desmentidos.- Yo desmiento categóricamente que tenga contrato con el Estado ni ahí (el vacacional Ercilia Pepín en Jarabacoa) ni en otro lugar, a mi nombre o a nombre de terceros; mi conducta siempre ha estado caracterizada por ser un hombre de servicio a mi país y de trabajo. Yo nunca he ido ahí ni de visita. Son palabras de Abel Martínez, presidente de la Cámara de Diputados, con las que se sumó a su compueblano el senador Julio César Valentín, quien hace unos días también negó que sea el arrendatario de una de las cabañas construidas por el doctor Joaquín Balaguer para el esparcimiento de los empleados públicos del país, convertidas en el centro de un escándalo mayúsculo que involucra a legisladores, funcionarios, militares, faranduleros, políticos y periodistas.
Tratándose de un asunto tan serio y comprometedor mucho tardó el presidente de la Cámara de Diputados en desligarse de una situación que ha enlodado ya muchas reputaciones, pero que aún así ha encontrado no pocos cínicos que han intentado justificar el medalaganario reparto de un bien público entre unos cuantos privilegiados que a esta hora –dicho sea de paso– deben estar arrepentidos de no haber dejado pasar esa gran oportunidad. ¿En qué parará todo esto?
Temístocles Montás, ministro de Economía , Planificación y Desarrollo y el único funcionario de este gobierno que ha levantado su voz para condenar esa barbaridad, declaró esta semana que solo estaba a la espera del regreso del presidente Leonel Fernández para sugerirle que rescinda todos esos contratos de arrendamiento, con los que se está tirando por la borda todos los esfuerzos que el gobierno ha venido haciendo junto a los organismos multilaterales para fortalecer la lucha contra la corrupción. Confiemos en que el funcionario logrará convencer al mandatario de que le dé marcha atrás a ese abusivo reparto, pero no nos hagamos muchas ilusiones.