La virtud del ahorro.- Los trabajos de la segunda línea del Metro de Santo Domingo, que se extenderá desde Los Alcarrizos hasta el puente de la 17, continúan sin mayores inconvenientes ni tropiezos, a pesar de las dificultades económicas. Ayer el ingeniero Diandino Peña, responsable de su construcción como director de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret), informó que la obra, cuyo financiamiento sigue en veremos (ayer se dijo que el presidente Leonel Fernández hará algunas diligencias en ese sentido durante su breve visita a París), marcha a muy buen ritmo, pues ya fueron perforadas las primeras cuatro estaciones, ubicadas en las avenidas Máximo Gómez, Ortega y Gasset, Lope de Vega y la Abraham Lincoln con J. F. Kennedy.
El presidente Fernández sorprendió la pasada semana al país, durante la concurrida rueda de prensa que ofreció a los periodistas que cubren la fuente del Palacio Nacional, cuando afirmó que la construcción de las obras civiles para la segunda línea se han hecho gracias a los ahorros conseguidos en la primera, que por cierto todavía se ignora cuánto costará (en dólares contantes y sonantes) a las futuras generaciones de dominicanos y dominicanas, lo que convierte al ingeniero Peña en una especie de mago de las finanzas que ya quisiéramos ver al frente de algunos dispendiosos ministerios de este parejero y botarate gobierno.
Es una lástima, sin embargo, que la falta de transparencia con que se han manejado los cuantiosos recursos invertidos en el Metro de Santo Domingo impida al país tomar lecciones de la exitosa experiencia gerencial del director de la Opret, sobre todo de su extraordinaria capacidad de ahorro, una virtud inestimable en tiempos de crisis como los que vivimos.