Amarga medicina
Si hay una cosa que aprendió pronto el ex presidente Hipólito Mejía, desde que llegó al gobierno, es que el poder, para que sea verdaderamente poder, hay que usarlo. Estamos hablando del mismo poder que lo convirtió, como él mismo se jactaba de proclamar, en el hombre mejor informado del país, lo que le encantaba demostrar cada vez que se presentaba la oportunidad y aunque al hacerlo pusiera en serios aprietos a sus víctimas, que pasaban por el bochorno público de ver sus intimidades -o las de su familia- aireadas por el Presidente de la República delante de una batería de micrófonos y cámaras de televisión.

Mantener a un presidente bien informado, sin embargo, tiene un alto precio, mucho mas si se convierte en política de Estado, por lo que fue necesario adquirir un costoso y sofisticado equipo de espionaje electrónico en Israel, y de eso no ha pasado tanto tiempo como para que lo hayamos olvidado. No hay porqué dudar, entonces, que el ex presidente Mejía sabe de lo que está hablando cuando denuncia que está siendo espiado por el gobierno, como no hay que dudar tampoco que esos equipos están siendo utilizados para lo que fueron adquiridos. Lo que a lo mejor ignoraba el expresidente Mejía es que tendría la oportunidad de probar, sin pedirla ni desearla, una cucharada de su propia medicina.

 Turismo y cultura
De seguro habrá sorprendido en Santiago el anuncio del general Jorge Gustavo García, Jefe de la Segunda Región Militar de las Fuerzas Armadas, de que la gran Plaza Cultural que se construirá en los terrenos de la Fortaleza San Luis incluye un hotel de 50 habitaciones y un restaurante especializado en comida criolla e internacional. El general García, quien también es miembro del Patronato de la Fortaleza San Luis, explicó a Diario Libre que esos establecimientos permitirán ofrecer un mejor servicio a los turistas que visiten la plaza, pero insistió en que el deseo de la Fundación es convertir los terrenos de la vieja fortaleza en un activo centro cultural. ¿De dónde saldrán los recursos para las nuevas obras? El general García informó que hace diligencias en ese sentido, pero no adelantó qué puertas está tocando ni si recurrirá a algún tipo de financiamiento. Mientras tanto habrá que esperar para conocer más detalles de cómo será, finalmente, esa gran plaza cultural, y más que nada cómo se integrarán ese hotel y ese restaurante al proyecto original sin desnaturalizarlo o desvirtuar sus propósitos.

 Guerra de encuestas
Hay que suponer que la firma que realizó la encuesta a la que se refirió la semana pasada el dirigente reformista Ramón Rogelio Genao, que revela que el 76% de la militancia del PRSC respalda una alianza con otra fuerza política de cara a las elecciones congresionales y municipales del 2006, no puede ser la misma que hizo la encuesta que citó ayer el ingeniero Eduardo Estrella, que según el ex candidato presidencial arroja que un 70% de los reformistas rechaza cualquier alianza electoral sea con el PRD o el oficialista PLD. Culpas son, vale decirlo, de las contradicciones que se anidan en un reformismo dividido entre los que propugnan porque la organización trille su propio camino electoral, que ponga a prueba sus fuerzas y defina su verdadero capital político, y los que prefieren seguir siendo la apetecida «quinceañera» que puede darse el lujo de escoger al mejor pretendiente disponible. Unos y otros saben perfectamente lo que está en juego, la integridad del patrimonio político legado por el doctor Joaquín Balaguer a sus «compatriotas», pero no sería la primera vez -ni tampoco la última- que la insensatez de unos herederos dilapida una magnífica herencia.