QUÉ SE DICE

<P>QUÉ SE DICE</P>

 A la brava.- Tal y como estamos en este país, donde todo parece marchar al revés, habrá que aplaudir a la Oficina Supervisora de Obras del Estado (OISOE)  cuando termine de construir, en abierto desafío a  una resolución del Ayuntamiento  del Distrito Nacional, el puente peatonal frente a las instalaciones de la Universidad del Caribe (Unicaribe), en la avenida 30 de Mayo. Una demostración de fuerza, sin duda, más cercana al autoritarismo que a la autoridad, que solo emana de la legitimidad,  que por demás constituye un grosero (insisto en el adjetivo) atropello a la autoridad municipal  al que no puede ser ajeno el Presidente de la República.

 Sobre lo mismo… Lo que no se entiende muy bien es porqué el cabildo capitaleño anuncia que procederá judicialmente contra Unicaribe, pues si bien es cierto que sus estudiantes se beneficiarán de la construcción de ese puente, que el centro académico viene reclamando por años, esta no tiene la fuerza ni la vocación para desafiar una prohibición municipal. Sería muy fácil para los técnicos del cabildo determinar, con tan solo un “descenso” a la obra,  quién realmente la patrocina, además de que el director de la OISOE, el ingeniero Miguel Kareth Pimentel, en ningún momento ha intentado ocultar sus intenciones de construirlo. No es mi propósito alentar una confrontación con  el gobierno central, pero cogiendo piedras para los más chiquitos no es verdad que el ayuntamiento podrá  resarcir el desconocimiento de  su autoridad. Cierto es que las relaciones de Roberto Salcedo con el presidente Danilo Medina no son tan buenas como con el expresidente Leonel Fernández, pero tampoco tan malas para que no exista una línea de comunicación que le permita al alcalde explicarle al mandatario lo que ocurre, porqué se opone el Concejo  de Regidores a la construcción de ese peatonal, y sobre todo el daño que se haría a la institucionalidad que la OISOE lo construya a la brava.

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