No hacía falta.- En realidad no era necesario hacer ninguna encuesta, pero si el Gobierno decidió hacer una para medir los niveles de aceptación del patrullaje mixto no puede alegarse sorpresa si, en su mayoría, la gente no solo lo apoya sino que probablemente quiera también que se mantenga de manera permanente. ¿Quién se extraña de que más de un 80% de la población se muestre de acuerdo con el patrullaje de guardias y policías, según una encuesta que cita, pero de la que no ofrece mayores detalles, el ministro de las Fuerzas Armadas el almirante Sigfrido Pared Pérez? Una sociedad acosada por la delincuencia como la dominicana va a recibir con beneplácito cualquier iniciativa del Gobierno que le devuelva la tranquilidad perdida, que es lo que se espera que ocurra con los guardias y el poder de intimidación de sus uniformes y sus armas largas. ¿Pero debe el Gobierno, en nombre de la tranquilidad ciudadana, mantenerlos en las calles por tiempo indefinido como ya se está reclamando? Los expertos ya han dicho que no, que puede resultar contraproducente, y la principal razón es el efecto negativo que tendría sobre nuestra industria turística la presencia en calles, avenidas y carreteras de todos esos guardias invocando el odioso fantasma de la guerra. Pero en lo que el hacha va y viene y en el Palacio Nacional se ponen de acuerdo para decidir hasta dónde es sostenible en el tiempo hay que reconocer que le ha quitado ímpetu a la delincuencia, que ha bajado su presencia tanto en las calles como en los periódicos, y eso se siente hasta en el aire. Por supuesto, eso hará mucho más complicada y difícil la decisión del Gobierno de enviar a los guardias de regreso a los cuarteles, a los que de seguro se reclamará de nuevo ante el primer recrudecimiento de la delincuencia, pero ha de suponerse que nadie le prometió al presidente Danilo Medina Sánchez que gobernar este país sin pies ni cabeza sería una tarea fácil.