Qué se dice

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Buenas noticias-. Parece que no todo, en materia de corrupción, son malas noticias en estos tiempos de materialismo rapaz. La doctora Licelote Marte de Barrios, presidenta de la Cámara de Cuentas, anunció ayer que dispuso adelantar el plan  de auditorías correspondiente al 2009 dando  prioridad a las instituciones en las que  se ha denunciado, a través de los medios de comunicación, la comisión de irregularidades. Alivia saber, en medio del inquietante clima de tolerancia oficial hacia la corrupción denunciada y por denunciar, que la institución responsable de fiscalizar el uso que  dan los funcionarios  a los dineros públicos no ha querido sumarse al afónico coro que encabeza el presidente Fernández, quien  ha querido  restarle gravedad a esas denuncias reduciéndolas a una campaña mediática alentada por intereses políticos.

Ni en los velorios.–  Con tanta frecuencia se repite que  hemos perdido la capacidad de asombro que hemos terminado creyéndolo, cuando la realidad es que sigue siendo posible no solo asombrarse de lo lejos que hemos llegado por ciertos derroteros sino también espantarse al caer en la cuenta de que lo malo no es  el dramático deterioro  de la seguridad ciudadana por culpa de una delincuencia que no  da tregua, sino la  sensación de que por ahí hemos llegado a un punto sin retorno. Y para muestra, un botón: el atraco del que fueron víctimas varias personas que participaban en un velorio, a plena luz del día, en un barrio de Santiago, al que se presentaron cuatro individuos  fingiendo ser amigos de la joven muerta pero  que  resultaron ser asaltantes que a punta de pistola obligaron a varias personas a entregarles sus prendas preciosas. “Aquí ni siquiera los muertos se puede velar en paz”, atinó  a decir, presa de la impotencia,  una de las despojadas. ¿Quién le explica que solo se trata –como dice el gobernador José Izquierdo– de una “racha temporal”?

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