Qué se dice

Qué se dice

Rompiendo ratings.-  Los chistes abundan, sobre todo los que aluden a   la gran cantidad de antidiarreicos consumidos en el país desde el pasado sábado por aquellos que fueron sus socios, amigos y protectores, pero también las dudas y las preguntas sobre las repercusiones  del apresamiento, tras diez meses de “persecución” tanto en Puerto Rico como en República Dominicana, del prófugo José David Figueroa Agosto. ¿Estamos en los capítulos finales del culebrón que nos ha mantenido expectantes desde que se produjo su espectacular fuga el pasado mes de septiembre? ¿Sabremos por fin quiénes integraban la red delictiva que dirigió aquí el capo boricua? Con tantas cosas en juego, es difícil predecir lo que ocurrirá en los días por venir, salvo que los ratings del culebrón de Figueroa y Sobeida se elevarán a la estratosfera  y que en este país cherchoso y novelero no se hablará de otra cosa durante un buen  tiempo.  

Amagar y no dar-  El Procurador General de la República ha sido enfático  cada vez que se refiere a las redadas policiales, que califica de ilegales y contrarias al estado de derecho bajo el que se supone vivimos, pero no hay forma de que el doctor Radhamés Jiménez pase de las palabras a los hechos reuniéndose con los jefes  militares y policiales –como ha prometido en mas de una ocasión– para “instruirles” que abandonen la práctica. Mientras tanto allá en los barrios reina en las noches un virtual toque de queda, pues caer preso en uno de los famosos  “operativos preventivos” no solo expone a los sospechosos al maltrato policial (como si no fuera suficiente amanecer presos sin motivo ni razón) sino que las familias de los “depurados”  tienen luego que pagar una “fianza” para que se los suelten. Todo eso se ha denunciado tantas veces que debe ser del conocimiento del Procurador, que debería saber también que todos esos abusos se revierten contra la imagen de la propia Policía y del gobierno que los consiente.

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