Qué se dice

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 La brecha.- “… hasta que las condiciones socioeconómicas y ambientales, y la tecnología de explotación minera, garanticen una explotación sostenible”. Es evidente que cuando el  Ministerio de Medio Ambiente le negó el permiso de explotación y aprovechamiento del ferroníquel del subsuelo de  Loma Miranda a la empresa Falcondo Xstrata Nickel también le dejó una brecha que le permitirá retomar el proyecto en un futuro no necesariamente lejano. La pregunta que hay que hacerse ahora es si la minera canadiense está dispuesta  a aprovechar esa brecha replanteando su proyecto de explotación atendiendo  a las exigencias que le hace  el Gobierno dominicano a través de Medio Ambiente, esencialmente las mismas que hicieron los Técnicos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su informe, o si  cumplirá su reiterada amenaza de abandonar el país. La decisión de dejar esa brecha fue inteligente, casi salomónica, pues  se le da gusto al reclamo social que se opone a su explotación,  sin que eso signifique un portazo en la cara a una empresa que lleva más de veinte años operando en la República Dominicana y que ha hecho aportes significativos al  desarrollo de la provincia de Monseñor Nouel. Desde luego, los directivos del Falcondo, que según las últimas noticias se encontraban reunidos analizando la nueva situación y la respuesta que darán al Gobierno dominicano, están en completa libertad de considerar esa brecha demasiado pequeña, recoger sus motetes y llevarse su música para otra parte. Pero si es verdad que la riqueza mineral que guarda Loma Miranda es tan grande y tan importante para el futuro de las operaciones de  la empresa en el país lo más  probable es que la  consideren como  una especie de  compás de espera que sus técnicos pueden aprovechar para crear  “las condiciones socioeconómicas y ambientales, y la tecnología de explotación minera, que garanticen una explotación sostenible”.

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