Qué se dice

Qué se dice

Parar mal… o peor
En algo muy malo tenía que parar el tal «Parador del Mar» que ahora el Estado tiene más arriba del moño, como se dice. Construído por el anterior gobierno en pura medalaganería, el ostentoso parador no tenía ni podría tener sentido. Lo único que tuvo siempre fue un costo enorme. Se trata, a decir verdad, de una inversión sospechosa que las antoridades de entonces pretendieron dejar arrendada a precio vil. ¡Cuánto se abusa desde el Estado contra los contribuyentes! El llamado Parador del Mar es –entre otras barbaridades- un atropello a la naturaleza, a la que robó un espacio precioso que ahora ocupa todo un adefesio sin futuro. Nadie que vaya de viaje hacia el Este llega tener verdadera necesidad de pararse en ese sitio, situado tan cerca del aeropuerto, que sí es un destino obligado de muchos viajeros.

Concebido por alguien pobre de ideas, seguramente, y con el aparente propósito de favorecer a alguien por razones políticas o de relaciones con el poder.el Parador del Mar terminará siendo asignado gratuitamente a alguna entidad de beneficiencia urgida de espacios para sus útiles funciones, llámese Hogares Crea o Casa Abierta. ¡Aire yodado a todo dar para gente en situación difícil! Pero el que se ponga a invertir y a comprometerse a a pagar una suma importante de dinero al Estado para sacarle provecho estaría edificando en arenas.

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Cierto parecido

En algunos mentideros se comentaba con preocupación en estos días una cierta tendencia a tolerar demasiado el estilo y trayectoria de unos cuantos funcionarios de alto nivel, como si desde el Poder Ejecutivo se estuviera siendo demasiado flexible ante las confrontaciones y declaraciones engorrosas de personajes de propio gobierno. Han salido a la luz las interioridades de asuntos importantes que, en situación normal yen el marco de una manejo objetivo de los asuntos oficiales hubieran hecho saltar de sus cargos a uno que otro burócrata. Ha habido trances enojosos para el país en ámbitos de las relaciones con otros Estados y con organismos crediticios internacionales.

Hay cosas tan serias que ahora nadie sabe a que atenerse y que podrían llevarse a suponer que los acuerdos petroleros con Venezuela están en riesgoen estos momentos.

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Pedro y las flojeras

Hay quienes creen que las blanduras del gobierno –al que mucha gente quisiera ver con posiciones más firmes cuando algunos asuntos marchan mal- deerminaron que el general (r) Pedro Candelier se pusiera prematuramente ante las cámaras de televisión para decir -aunque con otras palabras-lo siguiente: «Aquí está el equipo colgante que tanta falta hace este país». Es probable que Candelier sea un hombre de insuficiente formación intelectual y por tanto poco confiable para llegar a estar al frente de todo un Estado, como aspiraría pero de que sus actitudes y trayectorias le dan fundamento a la imagen de rudo inflexible con que comienzan a venderlo, no puede caber duda. ¡Oh ironía! Si Pedro de Jesús cuaja como opción con perfil autoritario para el electorado -en perjuicio del PLD y otros partidos de la tradición- habría que echarle mucha culpa al gobernante del presente pues fue él quien se atrevió a ponerlo en la máxima beligerancia de su vida al nombrarlo jefe policial, algo que jamás se le hubiera ocurrido a Balaguer que lo utilizaba cautamente y llegó a decir que se trataba de alguien «un tanto primitivo». Además, son las flojedades del cuatrienio en curso las que parecen darle vigencia a las carreras políticas que se manejan con la guapeza como bandera de lucha.

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