A capa y espada.- Los productores de banano de la Línea Noroeste se han declarado en pie de guerra. ¿La razón? Las pretensiones del gobierno de entregar en concesión a una empresa privada el puerto de Manzanillo, que los bananeros vienen utilizando desde hace mas de 40 años, lo que amenaza con eliminar alrededor de 300 mil empleos directos en la zona, afectando también a otras 300 mil personas que indirectamente se benefician de una actividad económica que genera exportaciones anuales que superan los US$200 millones. Son cifras que hablan por sí solas del impacto de esa agroindustria en las provincias noroestanas, pero también de las poderosas razones que tienen los bananeros para defender a capa y espada lo que tantos esfuerzos y sacrificios les ha costado. El gobierno debe sopesar muy bien lo que hará, y la forma en que lo hará, con el puerto de Manzanillo, pues resulta impensable que decida tomar una decisión tan importante como lo es su privatización sin tomar en cuenta los intereses y derechos adquiridos de los bananeros, atropellando de paso la ley 340-06 sobre Compras y Contrataciones de Bienes, Obras y Concesiones.
¿Desmentido?.- Jaime David Fernández Mirabal, ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, desmintió ayer en declaraciones al vespertino El Nacional que haya renunciado al cargo disgustado por la falta de apoyo presupuestario, como se rumoró con insistencia en los corrillos políticos, pero lo hizo a través de un mienbro de su equipo de relaciones públicas que prefirió el anonimato. ¿Por qué utilizar una fuente anónima para desmentir la renuncia de un ministro que según ese propio desmentido no tiene ninguna intención de renunciar? ¿Cuál es el misterio entonces? Así como hay aclaraciones que en lugar de aclarar oscurecen, así también hay desmentidos que mas bien parecen confirmaciones.