Qué se dice

Qué se dice

 El colmo.- Usted no lo va a creer, como no lo creí yo cuando me enteré de la noticia, pero desgraciadamente es verdad. Siete mujeres resultaron heridas de perdigones en medio de   una trifulca en el hospital San Lorenzo de los Mina, donde  varios  hombres  fueron sorprendidos cuando intentaban cortarle el pelo a una paciente que dormía para robárselo. Uno de los  ladrones de pelo, que según me cuentan tiene muy buen mercado, y muy buen precio, pues se utiliza para la fabricación de pelucas, fue atrapado por miembros de la seguridad del centro asistencial, que de ahora en adelante tendrá que redoblar la vigilancia para evitar que los ladrones  de cabelleras vuelvan a hacer de las suyas. Y lo mismo deberían  hacer otros hospitales, pues si algo nos ha enseñado la experiencia es que en este país el mal ejemplo se multiplica con la facilidad de la verdolaga. Pero hay otro hecho que revela, con igual dramatismo, lo grave que es el problema de la delincuencia en este país. El Ministro de Salud Pública, el doctor Freddy Hidalgo, se  vio ayer forzado a aclarar públicamente que ese ministerio no ha iniciado ninguna campaña de vacunación  casa por casa contra la gripe AH1N1,  pues ya hay individuos utilizando ese pretexto para sorprender a los incautos ciudadanos para  introducirse  en sus casas a robar y atracar. ¿Qué puede hacer el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana para evitar que ocurran ese tipo de cosas? Absolutamente nada, porque se ha decidido tirar la Policía y la Guardia a las calles cuando el problema de la delincuencia es tan grande que abarca los 48,442 kilómetros cuadrados de nuestra extensión territorial, por lo que ya no basta con la simple represión aunque esta llegue a extremos tan brutales como la ejecución extrajudicial –conocidos popularmente como intercambios de disparos–    de los  presuntos delincuentes. Es lo mismo de siempre; ponemos el candado solo después de que nos roban. ¿Cuándo aprenderemos?

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