Presidenciable.- A quienes han estado preguntándose a qué obedece el notorio afán de protagonismo que exhibe el presidente de la JCE, Roberto Rosario, ya les tengo la probable respuesta, obtenida de fuentes usualmente muy bien enteradas de lo que realmente se cocina en el organismo electoral: el hombre se cree presidenciable, por lo que ha decidido aprovechar los quince minutos de gloria que le proporciona el cargo que ostenta para posicionarse, aunque en el intento sobreactúe un poco.
Lo que esas fuentes no revelaron es de dónde salió la decisión de lanzarse, es decir si fue producto de su propia inspiración o de un sesgado consejo de alguno de sus asesores deseoso de un contrato de largo plazo. De todas maneras nada tiene de malo que el doctor Rosario quiera pasar de árbitro a jugador, y más aún estando en pleno disfrute de su derecho a elegir y ser elegido, pero tal y como se perfilan las cosas en el PLD tendrá que ponerse en la fila y esperar pacientemente a que llegue su turno.
Indolencia. En un país que, como República Dominicana, vive del turismo, es muy mala señal que Estados Unidos advierta a sus ciudadanos que cuando nos visiten tomen precauciones debido a que se exponen a ser asaltados por delincuentes disfrazados de policías (¿no será al revés?) a su salida del Aeropuerto Internacional de Las Américas, una modalidad delictiva que ha cobrado un auge escandaloso, probablemente porque, como bien señala el subdirector del Departamento Aeroportuario Carlos Cota Lama, cuenta con la complicidad de empleados civiles y militares de esa terminal. Después del palo dado, como ocurre siempre, vendrán las lamentaciones por el enorme daño que esa advertencia le hace a nuestra principal industria, pero lamentablemente esa es una mala nota que el país se ha ganado a pulso por culpa de la indolencia de las autoridades responsables de impedir que esas barbaridades ocurran.