Qué se dice

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¿Pero otro préstamo?
A más de un organismo internacional, mejor dicho, a sus técnicos, le ha sorprendido la noticia del director de Estadística en el sentido de que esta entidad procura un préstamo de 10 millones de dólares para el fortalecimiento institucional de las estadísticas. La sorpresa viene porque lo que se estila para este tipo de asunto es que sea financiado con donaciones que hace el mismo Banco Interamericano de Desarrollo y otras entidades establecidas en Estados Unidos, y las de origen europeo. Por ejemplo, Honduras necesitaba 7 millones de dólares para algo similar, y el BID le donó tres millones. Parece que nos estamos acostumbrando a endeudarnos para todo, exactamente lo que tanto se criticaba al gobierno del apologista de las andanzas del perro de mama Belica, tan fiero como sabichoso.

Sal y agua

Después del país enterarse, gracias a la Junta Central Electoral, que un sacerdote haitiano declaró como ciudadanos dominicanos a 87 de sus compatriotas en el municipio de Mao, provincia Valverde, hay mucha gente preguntándose, sobre todo entre los círculos neo-nacionalistas, cuántos ciudadanos del vecino país habrán adquirido la nacionalidad dominicana a través de un método tan expedito como efectivo, con la bendición de un cura de ñapa. Al dar la voz de alarma, el tribunal de comicios informó también que someterá a la justicia al sacerdote, quien habría cometido su «delito» utilizando una cédula de identidad de una mujer nativa de Valverde, pero hay un pequeño inconveniente: el cura, según establecieron los investigadores de la JCE, se encuentra residiendo en Canadá, fuera del alcance de nuestras leyes. ¿Qué hacer entonces? Por lo pronto, que la Comisión de Oficialías de la JCE trate de establecer, en una investigación más amplia, si andan por ahí otros casos parecidos al de Mao, tanto para saber las dimensiones del daño provocado como para actuar en consecuencia. Sería una manera de evitar que la investigación de un asunto tan grave se vuelva sal y agua, como ha ocurrido tantas veces, o que no pase de ser la cortina de humo que ha conseguido hacernos olvidar, así sea momentáneamente, el lío de las Oficialías del Estado Civil.

El que parte y reparte…

La denuncia es muy seria, demasiado seria como para que la pasemos por alto, mucho mas si quien la hace es un hombre dedicado a servir a Dios y su comunidad como el reverendo Dagoberto Read Clarence, de la Coordinadora Evangélica de Organizaciones no Gubernamentales. Según el religioso, algunos congresistas –que no identificó– se han dado a la tarea de extorsionar a las ONG para «diligenciarle» los recursos que necesitan de cara al Presupuesto Nacional para el año próximo, pues si no se negocia con ellos primero no hay forma de que esas organizaciones le vean la cara a Linda, como se decía antes. El ministro religioso está consciente, sin embargo, de que al hacer su denuncia corre el riesgo de que los legisladores, en represalia, le recorten sensiblemente los recursos a que aspira, pero el riesgo tal vez valga la pena, sobre todo si sirve para llamar la atención sobre la forma medalaganaria y plagada de favoritismos conque distribuyen esos recursos los congresistas, que por ser quienes reparten el pastel siempre se quedan con la mejor parte.¡Y así no es justo!

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