Bajo presión.- Sé que muchos pensarán, al leer estas líneas, que la Policía Nacional recibe palos si boga y palos también si no boga, pero es imposible pasar por alto la eficiencia que demuestra cuando recibe cierto tipo de presión, bien sea de la opinión pública o de instancias más poderosas, en este caso el gobierno de los Estados Unidos, que recientemente advirtió a sus ciudadanos que cuando visiten la República Dominicana deben tomar precauciones pues podrían ser víctimas de asaltos en el trayecto del aeropuerto internacional Las Américas a sus hoteles o residencias.
Dicho y hecho. Ayer, como si se tratara de una relación causa-efecto, El Nacional nos trajo la noticia de que dos hombres, a los que la Policía señala como miembros de una banda que se dedicaba a asaltar viajeros en las carreteras del Este, cayeron abatidos a balazos durante un enfrentamiento con una patrulla policial que los perseguía, en tanto apresó a otros cuatro hombres a los que ocupó seis pistolas, una escopeta, una yipeta y un minibús. Se trata de un golpe contundente a la delincuencia que ha convertido nuestras carreteras en sus centros de operaciones que, tal y como están las cosas, uno debería aplaudir y celebrar. Y desear, sobre todo, que no sean una cacería circunstancial desatada por las presiones de la opinión pública sino parte de una acción permanente de vigilancia, sobre todo en horas de la noche, que le devuelvan la seguridad perdida a nuestras principales carreteras. Pero para que esa vigilancia sea efectiva, es decir para que tenga resultados, debe incluir también las instalaciones del aeropuerto Las Américas, donde ya se ha establecido que operan los cómplices de los asaltantes identificando a los viajeros que se convertirán en sus víctimas.