Qué se dice

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A propósito de pensiones
Cabe suponer, a propósito del festival de pensiones que ha puesto el broche de oro a la piñata de la transición, que a estas alturas del juego ya el gobierno del presidente Mejía habrá hecho efectivas las pensiones a Jesús de la Rosa y Lorenzo Sención Silverio, ambos oficiales de carrera que se jugaron la vida con un fusil en las manos luchando contra la intervención norteamericana de 1965 y el régimen espúreo que reemplazó al del Partido Revolucionario Dominicano que encabezaba Juan Bosch.

El Congreso Nacional dictó una ley por virtud de la cual otorgaba una pensión a los militares constitucionalistas, pero inexplicablemente las Fuerzas Armadas no han hecho efectiva la de Sención Silverio, de la Fuerza Aérea Dominicana, y del profesor de la Rosa, de la Marina de Guerra. No queremos pensar que esa actitud se deba a que Sención Silverio ha sido un reconocido militante del Partido de la Liberación Dominicana, y el profesor de la Rosa fue un tenaz opositor a la reelección del presidente Mejía. ¿Quién nos saca de las dudas?

El precedente

Superada la conmoción que ha provocado en la opinión pública el otorgamiento, por parte del Poder Ejecutivo, de unas tres mil pensiones a igual número de «servidores públicos», quizá ni siquiera valga la pena perder tiempo enredándose en un debate sobre los merecimientos de sus beneficiarios, entre los que figura gente que nunca en su vida ha dado un golpe en la administración pública, pues al fin y al cabo el gobierno que asumirá el próximo 16 de agosto no tendrá más remedio que dejar sin efecto esa barbaridad. Alguna forma habrá, desde el poder que todo lo puede, de quitarse de encima una carga que supondrá para el Estado dominicano -según los cálculos- alrededor de 12 millones de pesos al mes. El precedente existe, y la mejor prueba es doña Ligia Amada Melo, ex secretaria de Educación, quien nunca pudo cobrar un solo centavo de una pensión ganada a lo largo de cuarenta años de servicios -todavía imparte docencia en la UASD- a la educación dominicana.

Cuando Najayo suena…

El doctor Víctor Céspedes Martínez conoce el significado, en su condición de abogado y Procurador General de la República, de lo que ha dado en llamarse «el rumor público», como se podrían calificar los comentarios que desde hace algún tiempo andan de boca en boca en la cárcel de Najayo sobre el trasiego de dinero para diligenciar el excarcelamiento de tal o cual recluso, que han terminado traspasando los muros del recinto penitenciario. Debe ser por eso que ha sorprendido tanto su decisión de otorgar un plazo de 48 horas a un empleado de esa cárcel para que devuelva un dinero recibido para «tramitar» la excarcelación de varios reclusos, en lugar de disponer su apresamiento y sometimiento a la Justicia, pero sorprende aún mas que insista, a pesar de los cuestionamientos que esa situación ha provocado, en seguir adelante con la concesión del perdón presidencial a 500 presos el próximo 16 de agosto. ¿Cuál será el motivo de tanto afán?

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