Mary Peláez al ataque. Desde que Sobeida Félix Morel negoció con el Ministerio Público una reducción de su condena a cambio de su colaboración, el culebrón que protagoniza junto al resto de los acusados de lavado de activos como parte de la red al servicio del narcotraficante José David Figueroa Agosto ha perdido interés y, por vía de consecuencia, también rating. Sin embargo, en la audiencia del pasado jueves las cosas fueron muy distintas, pues Mary Peláez pasó de la defensa al ataque al hacer desde el estrado una revelación que, por razones obvias, ha causado gran revuelo: la empresa de carpeta de su propiedad que según sus acusadores era utilizada para el lavado de activos en las operaciones del capo boricua fue adquirida por recomendación del senador por San Juan de la Maguana Félix Bautista, en ese entonces director de la Oficina Supervisora de Obras del Estado,quien le habría dicho que cumplía instrucciones del presidente Leonel Fernández, interesado en ayudar a su familia tras la muerte de su padre, el comediante Milton Peláez. Fue a través de esa empresa de carpeta que recibió el contrato para el equipamiento de una iglesia en Piedra Blanca y la sede de la UASD en Bonao, la primera obra por un monto de 3 millones 800 mil pesos y la segunda por 10 millones. Usted podrá creerle o no a Mary Peláez, y hasta defender con ardor, si ese es su deseo, la integridad del presidente Fernández, pero déjeme decirle algo que debería tomar en cuenta antes de apresurarse a sacar conclusiones: desde hace mucho tiempo el Estado dominicano está siendo manejado de esa manera por nuestros políticos, y si algo ha demostrado el mandatario a lo largo de estos ocho años de administración peledeísta es que ni él ni su gobierno son ajenos a la perversa práctica de repartir a su antojo y mejor conveniencia lo que es de todos entre unos cuantos privilegiados. ¿O ya se olvidaron –para ponerles un ejemplo reciente– de las cabañas del vacacional Ercilia Pepín en Jarabacoa?