Las peores manos.- Visto en perspectiva, el amable recordatorio del representante del Banco Mundial en la República Dominicana, Roberto Senderowitsch, sobre las negativas consecuencias para el país si no se aprueba en el menor tiempo posible el proyecto de Ley sobre Estrategia Nacional de Desarrollo que cursa en el Congreso, es tan solo otro jalón de orejas que habrá de engrosar el anecdotario que recoge las mil y una formas de injerencia a las que se expone una república bananera en tiempos de globalización, además de correr el riesgo de dejar de recibir, a consecuencia de tan grave descuido, US$670 millones en ayuda de parte de los organismos internacionales. Pero también ha servido, esa afrentosa advertencia, para que la opinión pública se entere de la suerte de esa trascendente iniciativa legislativa, que según el presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, no ha sido conocida y aprobada porque la comisión bicameral que lo estudia no ha podido completar su trabajo debido a la ausencia de su presidente, el senador peledeísta por San Juan de la Maguana Félix Bautista. Lo que el presidente del Senado no dijo, por razones que huelga señalar, en esa aclaración, es que el ausentismo es la norma del quehacer legislativo del senador Bautista, ausentismo que, como es lógico suponer, es del conocimiento de sus colegas y compañeros de partido. ¿Cómo se le asigna una tarea de tanta responsabilidad a un legislador que con su comportamiento ha demostrado que está en todo menos en legislar? Me he hecho esa pregunta una y otra vez desde que leí, el pasado sábado, las declaraciones de Pared Pérez, mientras trato de apartar de mi mente la intranquilizadora idea de que ese proyecto de ley no puede estar en peores manos.