Los investigadores.- Parece que tendremos otra oportunidad de conocer la  verdad y, sobre todo, de saber a dónde fueron a parar los más de mil kilos de cocaína y la gran cantidad de dinero en efectivo que motivó el “tumbe” en el que  murieron ejecutados siete ciudadanos colombianos en la comunidad de Paya, en Baní, y que constituyen hasta ahora, junto a los nombres de los autores intelectuales del crimen, las grandes debilidades de una investigación policial que todo el mundo considera  incompleta.

¿Qué cómo así?   Reynaldo Pared Pérez, secretario general del PLD, declaró a El Nacional a su salida de la reunión del Comité Político del pasado sábado que ese organismo  decidió investigar por su propia cuenta lo que ya es conocido como La Matanza de Paya, indagatorias que se encomendaron  a una comisión que encabeza Radhamés Segura. No se trata, como pudiera pensarse, de una broma de mal gusto o de una extravagancia de los peledeístas si no de una decisión que, bien mirada, tiene su lógica, pues aquel hecho horrendo ha sido causa de una altisonante  polémica entre altos funcionarios del gobierno que son, a su vez, importantes dirigentes del partido. Que esa comisión de “investigadores” pueda aportar algo  nuevo al informe rendido por  la Policía parece ciertamente difícil,  pero  después de todo lo que hemos visto tampoco puede descartarse. Así de mal estamos.

En remojo.- La sociedad civil debería sacar sus propias conclusiones, porque ha sido incluída en el paquete,  del rechazo casi automático que ha generado entre los legisladores la iniciativa del gobierno de celebrar una serie de foros para debatir   de manera abierta, plural y participativa el contenido de la reforma constitucional propuesta por el Poder Ejecutivo. ¿Cuál es la razón de la desconfianza? ¿Por qué habrían de representar, esos foros, una intromisión en el sagrado fuero legislativo? No ha valido que se pusiera al frente de esa iniciativa a monseñor Agripino Núñez Collado, coordinador del Diálogo Nacional, ni a una organización de tanto prestigio como  Finjus. ¿Será por aquello de dime con quién andas y te diré quién eres?