¿Qué pasa en el AILA?- El más elocuente indicador de lo mal que estamos en materia de  seguridad pública es lo que ocurre en el Aeropuerto Internacional de Las Américas, donde las aerolíneas internacionales  Air France y Jet Blue acaban  de pedir el auxilio de las autoridades policiales y de seguridad de esa terminal a causa de los numerosos robos y violaciones de equipajes a sus pasajeros, y a las propias compañías, que se han producido en las últimas semanas.

Y si a esa situación usted le suma los asaltos de que son víctimas pasajeros luego de que salen de sus instalaciones  para dirigirse hacia sus casas o los hoteles donde se alojarán, por lo menos 15 en lo que va de año, comprenderán lo que trato de decirles. La jefatura de la Policía Nacional dispuso ayer que diez patrullas del cuerpo élite “Linces” presten servicio en la autopista Las Américas durante 24 horas para evitar que continúe la ola de asaltos,  pero ese patrullaje debe mantenerse en el tiempo para  que sea efectivo y pueda devolverle  la seguridad perdida a esa importante vía de comunicación, pues los delincuentes y asaltantes, contrario a nuestras  autoridades, ni se cansan, ni descansan ni se toman vacaciones.

En cuanto a los robos y violaciones de equipajes, un mal recurrente en el AILA,  es obvio que se trata de un “trabajo” hecho  desde adentro ya que se trata de áreas restringidas a las que solo tiene acceso cierto personal,  por lo que las autoridades que quieran hacer bien su trabajo saben por donde empezar a buscar a los culpables o dónde reforzar la vigilancia. No es posible que   en un país que se ufana de “vivir” del turismo, de la imagen que proyecta a sus visitantes, una de sus principales puertas de entrada sea una cueva de ladrones y delincuentes.