Estilos.- A estas alturas nadie se atrevería a discutir que el presidente Danilo Medina ha logrado, con sus acciones y decisiones, diferenciarse claramente de su antecesor Leonel Fernández, un cambio de estilo que ha sido acogido tan favorablemente por sus gobernados que ha disparado la popularidad del mandatario a niveles pocas veces visto. Y es que resulta difícil imaginarse al expresidente Fernández cancelando un viaje a las Naciones Unidas, perderse la oportunidad de discursear en la 68 Asamblea General de la organización, para quedarse en el país para encabezar el Consejo de Ministros que esta semana discutirá el presupuesto general de la nación del 2014, como acaba de hacer el presidente Medina. O en mangas de camisa sentado en una modesta enramada dialogando con un grupo de parceleros dejados de la mano de todos los gobiernos, y mucho menos permitiendo que los alrededores del Palacio Nacional se conviertan en escenario frecuente de las protestas y reclamos de grupos de ciudadanos provenientes de todo el país, como ocurre en la actualidad. Esa diferencia de estilos es tan notoria y significativa que ya es tema para las encuestas, pero también fuente de ardorosos debates, en el seno del peledeísmo, entre los seguidores de uno y otro. Y como ya sabemos, gracias a los resultados de la encuesta Gallup-Hoy, lo bien que valoran los ciudadanos y las ciudadanas el estilo cercano y receptivo del presidente Medina, tan opuesto a la cuidada distancia que mantenía con todo el mundo el expresidente Fernández, es legítimo preguntarse si el exmandatario, quien sigue siendo el principal aspirante a la candidattura presidencial del PLD para el 2016, habrá tomado nota de lo que eso significa.