Muerto en vida.- Hubo una época, no tan lejana, en que el Partido Revolucionario Dominicano gozaba de la bien ganada fama de ser un partido que solo se sentía cómodo en las trincheras de la oposición, donde mostraba sus verdaderas garras, su capacidad de movilizar a las masas irredentas a las que siempre acompañó en sus grandes luchas reivindicativas. Eran tiempos en los que el jacho ardía con vigorosa llama, y el vozarrón de José Francisco Peña Gómez hacía temblar los cimientos del poder. Pero todo eso pertenece ya al pasado, como saben por amarga experiencia los perredeístas de toda la vida que han sido testigos, junto al resto del país, de cómo esa otrora poderosa maquinaria ha devenido en una organización endeble, desarticulada por su crisis interna, y sobre todo incapaz de cumplir con el más elemental de sus roles: hacerle oposición al gobierno. Aunque de cuando en cuando, hay que reconocerlo, da señales de vida y surgen, tímidas, algunas voces que nos recuerdan que los perredeístas están en la oposición. Es el caso del vocero de su bloque de diputados, Radhamés González, quien ayer advirtió al gobierno de Danilo Medina que está llevando a la población a perder la paciencia con las alzas constantes de los combustibles, la escalada de la tasa del dólar y la carestía creciente de los productos de primera necesidad. Desde luego, no es la clase de declaraciones que hará que la administración peledeísta, que sabe que gobierna sin oposición, rectifique sus políticas, que deje de hacer las cosas como las está haciendo, pero cualquier cosa es mejor que nada, que la muerte en vida que mantiene postrado al PRD.
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