Qué se dice

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 Silencio.- Como la mayoría de ustedes, mis amables  lectores, no estoy para nada sorprendido de las andanzas que se le atribuyen a un cura de Constanza acusado de violar a por lo menos 15 menores de edad, a las que habría obligado a  participar  en orgías sexuales, pues solo este año son ya tres las denuncias de esa naturaleza que involucran a  sacerdotes católicos. Lo que sí sorprende y llama la atención es cómo, en una comunidad tan pequeña donde todo el mundo se conoce, el “Padre Johnny” hizo todo lo que dicen que hizo  sin que nadie se diera cuenta, o al menos sospechara,  lo que estaba ocurriendo. Y ni hablar  de la mansión donde reside, que el rumor público señala como  de su propiedad, ni de la vida regalada que llevaba, en franco contraste  con la modesta parroquia que tenía bajo su responsabilidad. ¿No era eso motivo suficiente para llamar la atención de sus superiores jerárquicos? ¿O de la propia comunidad y sus autoridades? ¿Cómo es posible que tantas bocas callaran lo que sucedía? –

Medida necesaria.- Los  testimonios de algunas de las personas a las que la dirección del hospital traumatológico Doctor Ney Arias Lora condonó sus deudas con el centro, una decisión que benefició a 8,000 pacientes que adeudaban RD$94,895,924, son una clara y contundente evidencia de que no había otra alternativa que hacer lo que se hizo, pues lo cierto es que no hay forma de cobrarle a esos infelices  cantidades de dinero que nunca en la vida han visto.

Entusiasmo.- Cierto es que el PRSC, el  partido legado en herencia por el doctor Joaquín Balaguer a los reformistas,  no es ni la  sombra de lo que alguna vez fue, pero no hay dudas de que en la organización soplan vientos de reunificación que ojalá su dirigencia, que ha optado  por una cómoda y parasitaria alianza con el oficialista PLD, sepa aprovechar.

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