Qué se dice

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Claudio Acosta.

El pulso.- ¿Qué pasaría si los comerciantes, que el pasado jueves paralizaron cuatro provincias del nordeste en rechazo de la instalación de las impresoras fiscales y el cobro del ITBIS a varios productos de la canasta familiar, le tumban el pulso al gobierno? Hago la pregunta porque, si acaso no se han dado cuenta todavía, ahí está en juego mucho más que un desacuerdo por la aplicación de un nuevo método para el cobro de los siempre odiosos impuestos. Los corresponsales de este diario en Salcedo, San Francisco de Macorís, Nagua y Cotuí reportaron que el cierre de comercios fue casi total, lo que llevó al presidente de la Unión de Comerciantes del Nordeste (Ucenord), Nicolás Hidalgo, a pavonearse proclamando el “éxito” de la jornada de protesta, que para colmo afectó también la docencia en escuelas y colegios. ¿Usarán los comerciantes ese “éxito” para negociar con el gobierno, desde una posición de fuerza, sus demandas? ¿Están conscientes las autoridades de que si se dejan tumbar el pulso de los comerciantes, que ayer anunciaron para la semana que viene nuevos paros escalonados en las provincias de Valverde y Espaillat, sentarán un nefasto precedente que no tardará en revertirse contra el propio gobierno? Para que ustedes vean que gobernar no es tan fácil como se ve desde las gradas, mucho menos para una administración que por culpa de sus recurrentes rectificaciones y el aplazamiento de medidas y disposiciones que han recibido el inmediato rechazo de la población ha enviado señales de vacilación y debilidad que ya empiezan a pasarle factura. ¿Seguirá por ese camino?

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