Qué se dice

Qué se dice

Claudio Acosta.

La misma medicina. No había que ser un peledeólogo, o dárselas de serlo, para prever que el danilismo, postergado –y con frecuencia golpeado y perseguido– durante el largo reinado del presidente Leonel Fernández, aprovecharía las ventajas que le ofrece el disfrute del poder para mejorar su posicionamiento en las estructuras dirigenciales del PLD. Por eso no puede considerarse una sorpresa que los resultados preliminares reflejen una aplastante victoria de los danilistas en las elecciones en las que se escogieron los nuevos miembros del Comité Central, a tal punto que de los 37 puestos nacionales en disputa 30 fueron ganados por los partidarios del Presidente de la República. Tampoco hacía falta ser un peledeólogo, o presumir de serlo, para atreverse a vaticinar que la “perredeización” del partido oficial se pondría de manifiesto durante el proceso, pues las denuncias de utilización de recursos públicos para torcer voluntades en favor del danilismo que precedieron las elecciones del pasado domingo fueron reiteradas ayer por los senadores leonelistas Sonia Mateo, Hans Vieluf Cabrera y Eddy Mateo, que no escatimaron los calificativos negativos para definir lo que ocurrió. ¿Y qué fue lo que ocurrió? Que la “maquinaria política” danilista se impuso, al igual que lo hizo la “maquinaria política” del entonces presidente Leonel Fernández en el proceso interno que en el 2007 escogió al candidato presidencial, que llevó a un derrotado y apesadumbrado Danilo Medina a legar para la posteridad la frase “me derrotó el Estado”. Como no soy peledeólogo, ni me interesa serlo, no estoy en capacidad de anticipar qué pasará en el PLD, a partir de la nueva correlación de fuerzas, con la candidatura presidencial del 2016, pero lo que impone la lógica del poder es que los envalentonados danilistas utilicen la misma receta para hacer morder el polvo de la derrota al leonelismo, que acaba de recibir una buena dosis de su propia medicina.

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