Qué se dice

Qué se dice

Los ojos del país estarán atentos a lo que ocurrirá a partir de hoy en la Cámara de Diputados, cuando se inicia el conocimiento del proyecto de ley del voto preferencial presidencial, una variante de la ley de Lemas pero con los mismos ingredientes, potencialmente perturbadores, que se atribuyen al invento puesto en práctica por primera vez en Uruguay. Lo que se dice tras bambalinas es que el nuevo proyecto cuenta ya con el suficiente apoyo para ser aprobado, pues le darían su visto bueno los legisladores que siguen las directrices de Fello Suberví, Enmanuel Esquea y doña Milagros Ortiz Bosch. Lo que resulta más difícil de entender es el respaldo que le ofrecerían, según esos decires, los diputados reformistas que siguen a Ito Bisonó, bajo el pobre argumento de que su aplicación resolvería, de un plumazo, la crisis del PRSC. ¿Realmente creerá Bisonó, un joven legislador con una prometedora carrera por delante, que apadrinando ese despropósito logrará la unidad de su organización? Eso habría que verlo. Entretanto, así sea para establecer de antemano las debidas responsabilidades, mantengámonos atentos a los tejemanejes de nuestros legisladores, si acaso sucede que la aprobación de esa infeliz iniciativa, como temen hasta los propios jueces de la JCE, termina provocando el naufragio del próximo proceso electoral.

[b]Todo está consumado[/b]

A menos que el Poder Ejecutivo, haciendo uso de sus facultades constitucionales, lo vete, el proyecto de reforma policial será convertido en ley a la vuelta de unos cuantos días. La Policía Nacional pasaría a ser, gracias a esa nueva ley, una entidad autónoma, tanto administrativa como económicamente, entre otros cambios importantes que se producirán en su estructura y funcionamiento. Pero lo que traerá mayores controversias será, sin duda, el traspaso de AMET a la institución del orden, una medida a la que se ha opuesto mucha gente por entender que echará a perder una labor que ha sido, hasta ahora, bastante eficiente. La decisión será interpretada, también, como una derrota para el mayor general Pedro de Jesús Candelier, quien ha reaccionado calificando el traspaso como «un salto al vacío». Pero consumados los hechos hay que dejar que sea el tiempo, como suele ocurrir tantas veces, quien ponga las cosas en su justo lugar. Felicitemos, mientras tanto, a los agraciados.

[b]Misión imposible[/b]

El titular, coronando la información fechada en Monterrey, México, escenario de la Cumbre Extraordinaria de Las Américas, parece el lapidario anuncio de una derrota: «Reducir la pobreza a corto plazo: una misión imposible para Latinoamérica». El sombrío pronóstico, contenido en un informe preparado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) no ha impedido, sin embargo, que al igual que en otros cónclaves se escuche con frecuencia la conocida cantaleta llamando a enfrentar, todos juntos, el aniquilante flagelo de la miseria. Los representantes de los 34 países presentes en Monterrey, entre los que se encuentra el presidente dominicano Hipólito Mejía, firmaron la llamada Declaración de León que precisamente establece, como principal desafío, reducir la pobreza que aqueja a 225 millones de latinoamericanos, aunque después de echarle un vistazo al informe de la CEPAL hay que suponer que se trata, simplemente, de un acto puramente simbólico.

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