Aspaviento.– Tranquiliza saber que el Ministro de Defensa, almirante Sigfrido Pared Pérez, ha dicho que las autoridades “analizan” las medidas que se tomarán contra una ONG cuyo único delito parece ser, hasta prueba en contrario, iniciar una campaña denominada “tomando nuestro territorio”, pues lo peor que podríamos hacer, en momentos en que los ojos de la comunidad internacional están puestos sobre nosotros por culpa de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, es dejarnos arrastrar por la histeria nacionalista desatando una cacería de brujas que solo traería mas descrédito para el país. Y eso la sabe perfectamente Pared Pérez, quien a juzgar por el tono y el contenido de sus declaraciones no está bien informado de las actividades de esa ONG, que sin embargo calificó (con el pecho henchido de patriotismo) como una afrenta para la República Dominicana y su soberanía. Lo que sí parece evidente, aunque eso no lo dijera el Ministro de Defensa, es que esas actividades no representan en lo inmediato un peligro real, objetivo, para el país y su integridad territorial, porque si así fuera habría que convenir que los organismos de inteligencia del Estado no hacen su trabajo. De todas maneras, es oportuno preguntar: ¿Son ilegales, atentatorias contra la paz pública o la seguridad del Estado, las actividades de esa ONG? ¿Tan frágil es nuestra soberanía que una minúscula organización que reparte camisetas a sus correligionarios representa una amenaza, un peligro, una ominosa señal de que nuestros vecinos se aprestan a reconquistar el lado Este de la Hispaniola para hacer valer aquello de “una e indivisible”? ¡Por Dios! Si no es verdad, como asegura el excónsul haitiano en el país Edwin Paraisson, que se trata de una inofensiva organización evangélica que solo procura recuperar el territorio que pertenece a Dios, los organismos de inteligencia del Estado deben, con la ley en las manos, actuar en consecuencia, y sanseacabó. El aspaviento mediático y la histeria nacionalista sobran.