Globo de ensayo.- Todavía me niego a creer que hayan tenido razón los que sostienen la hipótesis de que el anuncio del aumento del peaje, a todas luces desproporcionado, es un globo de ensayo para medir la reacción de la población y así tomar la decisión que menos afecte los envidiables niveles de aceptación de que goza el presidente Danilo Medina. Las declaraciones del mandatario de que todavía no hay nada definitivo respecto al alza del peaje llegan en momentos en que los transportistas anuncian su decisión de no pagar ese aumento, y se siguen sumando voces y sectores pidiéndole al gobierno que reconsidere un alza que, en definitiva, a los que más afectará será a los más pobres y vulnerables. Si ya se cumplió, como estaría escrito en el guión diseñado por los estrategas del gobierno, el primer acto del montaje, ¿qué podemos esperar en el segundo, cuando vuelva a subir el telón? ¿El anuncio de que “solo” se subirá un 100% al peaje, en lugar del exorbitante 233% que alborotó el avispero nacional? Es evidente que el jueguito de amagar y no dar, para luego rectificar, cuando se trata de medidas o decisiones controversiales o claramente impopulares le está funcionando muy bien al gobierno, como no hay dudas tampoco de que su principal beneficiario lo es el presidente Medina, quien siempre aparece como el salvador, el chapulín colorado que nos protege de los errores, excesos o inconsecuencias de sus colaboradores. Pero muy pronto se verá que esa estrategia –si de eso se trata– es insostenible en el tiempo, pues habrá decisiones que, más temprano que tarde, habrá que tomar, con todas sus consecuencias. Y es que hasta un imberbe de la política sabe que ningún gobierno puede complacer a todo el mundo todo el tiempo. Aunque el presidente se llame –insisto– Danilo Medina Sánchez.