Qué se dice

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Claudio Acosta.

La epidemia.- Antes de que las nueve personas que murieron en el accidente de tránsito ocurrido el pasado lunes en la carretera Azua-Barahona, cuando el conductor borracho de una patana que competía con otro patanista embistió de frente a un autobús de pasajeros, engrosen las frías estadísticas que nos han convertido en campeones mundiales de las muertes por accidentes de tránsito, deberíamos sentarnos a discutir qué hacer con la epidemia que nos está arrebatando tantas vidas útiles y productivas. Pero si la conmoción general que ha provocado ese accidente no fuera suficiente estímulo para obligarnos a tomarnos en serio esa epidemia, las declaraciones del doctor Félix Hernández, director del hospital traumatológico Ney Arias Lora, en las que reveló que los centros hospitalarios que trabajan con traumas están desbordados de pacientes (solo en el que dirige hay mas de 30 esperando camas) por culpa de los accidentes de tránsito, deberían disparar las alarmas de las autoridades, que hasta ahora se han desentendido del problema. ¿Pero qué hacer para enfrentar una epidemia tan extendida y virulenta? Habrá que convocar a los expertos en la materia para que aporten posibles soluciones, pero en lo que esos expertos se ponen de acuerdo un servidor propone empezar por lo mas simple, que no necesariamente quiere decir que sea lo mas sencillo: aplicar de manera estricta la ley de tránsito, cuya violación se ha convertido en el deporte nacional. Y si resulta que esa ley no es lo suficientemente severa al sancionar a sus infractores, que entonces se modifique para que esas sanciones se correspondan con la gravedad del delito, pues un conductor de patana que, de manera irresponsable, consume bebidas alcohólicas mientras maneja y para colmo se pone a competir en velocidad con otro patanista, imprudencia homicida que costó la vida a nueve personas, merece un castigo ejemplar que lo ponga tras las rejas y que luego botemos la llave.

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