Defensa propia.- Hizo bien la fiscalía de Santo Domingo al no presentar cargos contra Francisca Vásquez, quien el pasado sábado mató de un balazo a un hombre que, junto a un cómplice, asaltaron pistola en mano su pequeño salón de belleza. Hubiera sido el colmo que, en medio de una crisis de seguridad pública como la que sufre el país, se acusara de homicidio a una ciudadana que simplemente se defendió de los asaltantes que habían robado su negocio, como habían hecho en tres ocasiones anteriores. Pero tampoco conviene ensalzar demasiado su reacción, y mucho menos llamarla heroína, pues eso podría llevar a otros ciudadanos a creer que pueden tomar la justicia en sus manos o, peor todavía, enfrentarse a los delincuentes y tener tanta suerte como esa valiente mujer.

Parcializados.- Se quejaba en estos días Rafael –Pepe– Abreu, veterano dirigente obrero y uno de los representantes del sindicalismo en las discusiones por la modificación del Código Laboral, de que los trabajadores se encuentran solos y sin quien los defienda en la batalla que libran con los patrones para evitar ser despojados de los derechos adquiridos. Según el presidente de la Confederación Nacional de Unidad Sindical, los técnicos del gobierno han rechazado la mayoría de las propuestas de los sindicalistas, mientras apoyan las del sector empresarial. ¿Por qué será que no me sorprende?

La garrocha de Ismael.- La garrocha de Ismael Reyes, presidente del PDI, se mantiene en buen estado a pesar de “la guata” que le ha dado su dueño. Ayer se dijo que está coqueteando con Hipólito Mejía, Luis Abinader y la Convergencia, pero también se recordaron sus habilidades de buen saltador y sus alianzas con José Francisco Peña Gómez, Leonel Fernández, Hatuey Decamps y Miguel Vargas Maldonado. Como en el carnaval, en la política dominicana se aceptan todos los disfraces.