Qué se dice

Qué se dice

Claudio Acosta

Loma Miranda.- La ambivalencia ha sido la nota dominante en el tratamiento dado por el Gobierno al tema de la explotación minera de Loma Miranda, ambivalencia que se ha hecho extensiva al Senado, donde un comisión especial estudia un proyecto de ley que la declara Parque Nacional. Esa comisión, que encabeza Rafael Calderón, acaba de hacer un descenso a la zona, donde el representante de Azua dio garantías a los periodistas de que “por respeto a la población del Cibao y el país, la comisión concluirá con un informe que todos podrán celebrar”. ¿Qué habrá querido decir Calderón con eso? ¿Que después de su recorrido, donde tuvieron la oportunidad de observar “una muestra representativa” de Loma Miranda, incluidos los ríos Colorado y Jagüey, están listos para declarar Parque Nacional esa “riqueza natural”? ¿O la decisión todavía depende de elegir cuál de los informes técnicos presentados por las partes en conflicto, completamente contradictorios según declaraciones del propio Calderón, es el que se corresponde con la realidad? ¿Cómo sabrán los legisladores, que programan una sesión de vistas públicas para escuchar las mismas versiones contradictorias de unos y otros, qué es lo que más le conviene al país que se haga con Loma Miranda? Porque muy claro está que ese descenso no fue, a pesar de toda la publicidad que ha recibido, una inspección propiamente dicha ni cosa que se le parezca, sencillamente porque los senadores, muchos de los cuales ni siquiera tuvieron la previsión de ir apropiadamente vestidos y calzados a la excursión, carecen de los conocimientos técnicos necesarios para determinar si procede o no permitir que se explote la riqueza de su subsuelo. Con razón dice Rafael Calderón que tendrán que emplearse a fondo para tomar la decisión correcta en nombre del interés nacional, pero después de tanta ambivalencia no puede descartarse que finalmente resuelvan el dilema lanzando una moneda al aire.

Publicaciones Relacionadas