Un feo espectáculo.- Tiene razón Radhamés de la Rosa, director ejecutivo de Casa Abierta, cuando afirma que el país no se merece el feo espectáculo que ofrecen los funcionarios públicos disputándose los bienes confiscados al narcotráfico, como si se tratara de un botín de guerra sobre el cual todos creen tener derecho. Desgraciadamente, la única “política” aplicada hasta ahora con esos bienes ha sido, precisamente, la del reparto y el usufructo, desde apartamentos en suntuosas torres hasta vehículos de lujo, o en su defecto permitir que se deterioren y destruyan por no ofrecerle una adecuada protección. Cambiar esa “política”, es decir darles un mejor uso, como por ejemplo utilizarlos para impulsar acciones públicas destinadas a fortalecer la prevención frente al uso de drogas y la rehabilitación de sus víctimas, no debería ser una cosa el otro mundo, pero lamentablemente sí lo es. Y lo es y seguirá siendo mientras los que reparten la piñata, como describió el manejo de esos bienes un reportaje reciente del vespertino El Nacional, solo estén interesados en disfrutar el trozo del pastel que les ha tocado y, de ser posible, también el de su vecino.

Juez y parte.- Para que vean que nuestros diputados no solo se preocupan por promover el consumo de habichuelas con dulce en Semana Santa. Una comisión especial de la cámara baja investigará “a profundidad” las circunstancias en que perdió la vida Carla Michael Ruiz Arias, de cuatro meses de nacida, cuando era trasladada en una ambulancia desde el hospital Juan Pablo Pina, en San Cristóbal, al hospital infantil Roberto Reid, que fue detenida por agentes de la DNCD. Y qué bueno que así sea para que sepamos lo que realmente pasó, pues no debemos esperar resultados creíbles y confiables, y que nos excuse el mayor general Julio César Souffront, de una institución que en este caso pretende actuar como juez y parte.