Qué se dice

Qué se dice

Claudio Acosta.

Primer intento.- No lo hace con el dramatismo y la vehemencia que pone el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez a sus pronunciamientos públicos, pero precisamente por eso, por su comedimiento y prudencia al momento de emitir sus juicios, no podemos darnos el lujo de ignorarlo cuando convoca nuestra atención hacia un tema tan delicado como polémico. El arzobispo de Santiago, Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, advierte a nuestros legisladores que vendrán mas presiones internacionales, de parte de “naciones poderosas” que no identificó (¿acaso hacía falta?), para que aprueben leyes que validan el matrimonio de parejas del mismo sexo, lo que prohíbe la Constitución dominicana. Parece obvio que cuando monseñor de la Rosa y Carpio dice que “vendrán mas presiones” hacia nuestros legisladores está pensando en el reciente escarceo en la Cámara de Diputados, donde el proyecto de ley sobre Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres provocó un gran alboroto porque se entendió que abría las puertas, de manera subrepticia, al matrimonio gay. No me atrevo a llegar tan lejos como el arzobispo de Santiago, quien atribuye a una conspiración internacional los intentos por legalizar en la República Dominicana el matrimonio homosexual, pero sea con los auspicios de las grandes potencias en su afán de imponernos sus valores como parte de su dominio cultural, o alentado por grupos locales que de manera espontánea quieren incorporarse a los vientos liberales que soplan con tanta fuerza en el globalizado mundo en que vivimos, lo cierto es que mucha gente tiene la sensación, al igual que de la Rosa y Carpio, de que acabamos de presenciar el primero de esos intentos.

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