QUÉ SE DICE

QUÉ SE DICE

¿Cuánto vale el show? Dicen que los partidos aliados al PLD y el gobierno en las  pasadas elecciones  no han sido muy bien tratados con los nombramientos  que, a modo de mortificante cuenta gotas, se han estado produciendo desde el Poder Ejecutivo, a pesar de que en conjunto aportaron a la reelección, contantes y sonantes, 363,266 votos, decisivos para el triunfo  en la primera vuelta.

Obviamente, esa situación mantiene con el truño amarrado a mucha gente que se cree merecedora de mucho mas y que, por lo tanto, se siente profundamente decepcionada con lo que le ha tocado o simplemente por lo que no ha recibido, pero de ese malestar solo puede culparse a quien está repartiendo, a su entera voluntad y capricho, el contenido de la piñata gubernamental, el presidente  Leonel Fernández.

Pero si nos vamos  a mortificar ahora  por las insatisfacciones  y frustraciones de los aliados del gobierno por no haber recibido, en función de lo que entienden es su contribución a la victoria electoral del PLD y el presidente Fernández, la parte que le corresponde del pastel del poder, hay que preguntar primero a esos dirigentes si acordaron algún precio por cada voto aportado y sobre todo si tuvieron la previsión de ponerlo por escrito, en presencia de testigos y debidamente notarizado, pues solo así tiene sentido exigir o reclamar esta o aquella Secretaría de Estado como si se tratara de un derecho adquirido.

¿O  todavía nuestra democracia, envilecida hasta los tuétanos por el clientelismo y el rentismo, no ha llegado a esos execrables extremos? Habrá quien diga, pensando en el reciente nombramiento de José Franciso Peña Guaba, presidente del Bloque Institucional Socialdemócrata (BIS), en la Lotería Nacional, que si no hemos llegado  hasta ahí falta muy poco, pero eso es algo que solo el tiempo puede desmentir o corroborar. Mientras tanto vale resaltar  que cada vez que se hace esta clase de reflexiones se echa de menos  la existencia  de una Ley de Partidos que,  entre otras cosas, regule los acuerdos electorales y sus alcances, pero es evidente que los políticos que han pasado por el Congreso Nacional no están interesados en cambiar el actual estado de cosas.¿Por qué será?

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