Qué se dice

Qué se dice

Claudio Acosta.

El gobierno de Fenatrano.- “Choferes se sublevan y taponan la Capital”. Y acompañaba el titular una enorme fotografía del impresionante tapón en la 27 de Febrero, provocado por choferes pertenecientes a Fenatrano. ¿Y saben cual fue la causa de esa “sublevación”, como la llamó El Nacional, por culpa de la cual miles de personas confrontaron serias dificultades para trasladarse a sus centros de trabajo, y ni hablar de los automovilistas que quedaron atrapados y sin salida en medio del infernal tapón? La decisión de AMET de prohibirles utilizar los elevados, túneles y pasos a desnivel de la 27 de Febrero, a fin de garantizar una mayor fluidez en el tránsito. Cosa que, como acaba de quedar demostrado, le importa un carajo a las tropas del comandante rebelde Juan Hubieres, que prefieren el desorden en el que pueden dar rienda suelta a su capacidad de perturbación social. Precisamente por eso, porque un grupo tan pequeño no puede tener tanto poder para trastornar la dinámica productiva de toda una ciudad y sus habitantes, ni este ni ningún gobierno puede darse el lujo de permitir que quienes protagonizaron esa acción de fuerza se salgan con la suya o, peor todavía, que vuelvan a repetir su hazaña. De lo contrario, dejemos que gobierne el país el tigueraje de Fenatrano, y a Dios que reparta suerte.

De león a gatico.- Dio rabia ver al Ministro de Interior y Policía, quien hace tan solo unos días casi ladraba cada vez que le tocaba referirse a la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, calificar de “normal” el gigantesco tapón provocado en la 27 de Febrero por miembros de Fenatrano. Ese león afeitao, que se atrevió a desafiar a las grandes potencias y su inaceptable injerencismo, parecía un gatico sumiso y acobardado, y hasta se atrevió a sugerir fórmulas de avenencia para negociar con los responsables de ese atentado a la seguridad pública. Definitivamente, en políticos no se puede creer.

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