Qué se dice

Qué se dice

Claudio Acosta

La culpa es de los marcianos.- Cuando uno escucha al Ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, expresar la “gran preocupación” del gobierno por los elevados niveles de la deuda pública, que definió como un problema muy serio ”para el país, para este gobierno y para los próximos gobiernos”, se tiene la impresión de que esa deuda fue contraída por los marcianos, y por lo tanto la única opción que tenemos es resignarnos a sufrirla o, como sugiere el ministro, enfrentarla tomando nuevos préstamos, es decir, endeudándonos todavía mas. Algo así como estar enterrado boca abajo en un hoyo profundo, donde te dicen que la única manera de salir es empezar a cavar mas hondo con la esperanza de salir por el otro lado. ¿Les suena muy dramática y exagerada la comparación? Acepto, gustoso, la imputación, pero aún así la prefiero a las edulcoradas explicaciones que ofrecen algunos funcionarios, que en su afán de restarle gravedad al problema y sus repercusiones sobre las futuras generaciones de dominicanos quieren hacernos creer que esa deuda es una maldición que nos cayó del cielo, y por lo tanto no hay porqué buscar culpables, cómplices ni encubridores.

Descalabro.– Nada ilustra mejor las precariedades conque operan los hospitales que la “alegría” que embargó a los médicos y enfermeras del Luis E. Aybar luego de que comenzaran a recibir el servicio de agua, que desde hacía varias semanas brillaba por su ausencia. ¿Cómo es posible que un hospital que atiende a miles de personas no cuente con un servicio regular y confiable de agua potable? La explicación “técnica” es que, debido a los trabajos de construcción de su nuevo edificio, se han roto varias tuberías, pero esa es tan solo una pequeña muestra de la indolencia que ha hecho posible, gobierno tras gobierno, el vergonzoso descalabro que hoy exhibe el sistema hospitalario.

Publicaciones Relacionadas