Las críticas de la jueza Miriam Germán Brito a la investigación realizada por el Ministerio Público han reavivado los temores de que la acusación contra los imputados por haber recibido sobornos de Odebrecht “se caiga” en el juicio de fondo por la pobre sustentación de las pruebas en su contra, pero también las sospechas de que esas falencias y debilidades no son el producto de la inexperiencia que desde el principio se le reprochó al joven Procurador General sino de la mala fe, y que por vía de consecuencia estemos ante otro gran fiasco de la justicia dominicana, consistentemente incapaz de sancionar la corrupción. La reacción de la Marcha Verde a la decisión de la Segunda Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia que varió la prisión preventiva por medidas de coerción menos gravosas que permitirán que seis de los imputados recuperen su libertad no se hizo esperar. “El Ministerio Público, manejado según los intereses del Palacio Nacional y el Comité Político del PLD, está relajando con el justo reclamo del pueblo dominicano. Pero la ciudadanía que se está movilizando no descansará ni se detendrá hasta sacar el país del lodazal de corrupción e impunidad en el que lo han metido”. Tampoco se hizo esperar el rechazo del doctor Jean Alain Rodríguez a las críticas de la magistrada Germán Brito al trabajo de su equipo, que calificó de extemporáneas por no corresponderse con esta fase del proceso, a lo que agregó su enfática reiteración de que “duélale a quien le duela y caiga quien caiga” la Procuraduría General de la República seguirá trabajando, profundizando y ampliando la investigación que inició. Esperemos que esas declaraciones no sean también parte del “teatro judicial” que denuncian los verdes, pero sobre todo que el Procurador ni el gobierno olviden que juegan con candela quienes se burlan de la indignación de los ciudadanos que reclaman el cese de la corrupción y la impunidad.