Sabemos desde hace tiempo que es el argumento favorito de los políticos acusados de corrupción, que no obstante ser un recurso tan desacreditado y manoseado sigue teniendo vigencia, mas que nada, y por encima de todo, porque les sigue garantizando impunidad. ¿Cuántos políticos acusados y juzgados por corrupción están presos? Por eso no debe sorprender que los abogados y seguidores del presidente de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), Yimi Zapata, acusado junto a otras cinco personas de estafa, falsificación, asociación de malhechores y tráfico de personas, lo quieran convertir en un perseguido político, buscando beneficiarse, por carambola y de manera oportunista, de esa condición. ¿Pero perseguido por quién? La dirección de la FED acusa al senador peledeísta por la provincia Peravia, Wilton Guerrero, de ser quien está detrás de su apresamiento, pero son tan abrumadoras las pruebas en contra de su líder, y tan débil y aérea la acusación al legislador, que bien puede considerarse un insulto a la inteligencia. Fueron esas pruebas las que convencieron al juez José Alejandro Vargas, del Juzgado de Atención Permanente del Distrito Nacional, de acoger la petición del Ministerio Público de declarar el caso complejo, por lo que envió a Yimi Zapata a prisión preventiva durante tres meses, que deberá cumplir en el Centro de Corrección y Rehabilitación de Najayo. No son buenas noticias para la FED y su presidente, quien en lugar de quejarse debería agradecerle al magistrado Vargas que lo ascendió a “preso político”, pero tampoco para la UASD, cuyo rector tendrá la oportunidad de demostrar, cuando los vándalos encapuchados vuelvan a las andadas, que en verdad está dispuesto a garantizar la docencia aunque sea necesario recurrir al auxilio de la fuerza pública.