Solo el necio insiste en su error cuando todo a su alrededor le indica que se equivocó, que metió la pata hasta el cuello, pero eso no puede ser una excusa, por mas tirante y crispada que esté la situación interna en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), para pasar de la necedad al insulto o la difamación. Porque una cosa es tratar de ningunearla, por vía del comentario desagradablemente machista, al decir que solo decide lo que se va a cocinar en su casa, y otra muy distinta acusar a la Vicepresidenta de la República, la doctora Margarita Cedeño de Fernández, de utilizar fondos públicos para promover su imagen (y dirá que también su candidatura, porque de eso es que se trata todo este tirijala) a través de las redes sociales. La intención del comentario, evidentemente, fue agraviar y molestar, y mas que nada restarle validez y legitimidad a la popularidad que le atribuyen las encuestas, así en plural, pues hasta un machista rabioso y recalcitrante como Felucho no tiene mas remedio que reconocer que hace tiempo que “la Vice” goza de un aprecio ciudadano envidiable. Pero en su torpe afán por descalificarla y regatearle méritos políticos nos ha recordado que el presidente Danilo Medina también hace lo mismo, solo que elevado a la enésima potencia, con sus famosas visitas sorpresa, pues tiene un amplio equipo de profesionales a su servicio, pagados con dinero público, para promover su imagen y la de su gobierno en las redes. Y lo mismo hacen otros funcionarios públicos aprovechándose de la naturaleza del cargo que ocupan o de los cuantiosos recursos que administran, y lo hacen tan a la vista, y de manera tan natural, que no hace falta señalarlos por sus nombres y apellidos. Ojalá que el escarceo entre Felucho y Margarita se quede ahí, de ese tamaño, para bien del gobierno y los peledeístas que todavía son capaces de sentir verguenza, pues son los que mas pierden con las feluchadas que de cuando en cuando alborotan la opinión pública.