Es verdad, para pelear solo se necesitan dos que estén dispuestos y disponibles. Pero para dialogar y ponerse de acuerdo también, por lo que no habrá forma de que el PLD encuentre una salida al tranque que ha provocado el tema de las primarias, que mantiene al partido de gobierno coqueteando peligrosamente con la división y al país político en vilo, a la espera de que sus dos líderes se entiendan, mientras el presidente Danilo Medina se comporte como si el pleito no fuera de su incumbencia ni fuera él el principal beneficiario si se imponen las primarias abiertas en la Ley de Partidos. Esa actitud es mucho más notoria y significativa desde que el expresidente Leonel Fernández saltó el ruedo a defender su posición y explicar porqué se opone a esa forma de escogencia de los candidatos, en cambio del presidente Medina solo sabemos lo que dicen otros: que las primarias abiertas le convienen porque allanan el camino hacia su reelección, que los que actúan en su nombre se reúnen con senadores y reparten “sobrecitos” con el mismo propósito, y que según Franklyn Almeyda la reelección tiene un cronograma que sus promotores se proponen cumplir paso a paso. ¿Aprueba el presidente Medina esas acciones? ¿Realmente está dispuesto a repostularse aunque se lo prohíbe la Constitución y en el intento destruya la unidad del PLD? Peledeístas y no peledeístas quisiéramos conocer las respuestas a esas preguntas, absolutamente relevantes aunque parezcan surgir de una garata entre gente del mismo partido con intereses contrapuestos. Pero tenemos un Presidente mudo, que no habla aunque le recuerden que el que calla otorga y consiente, por lo que no queda más remedio que interpretar ese silencio como complicidad, arrogancia, indiferencia, cinismo, desprecio … O todas las anteriores.