Los periodistas, con frecuencia, preguntamos porque hay que preguntar aunque conozcamos las respuestas, como es el caso, por ejemplo, de los dirigentes reformistas Víctor –Ito– Bisonó y el senador por San Pedro de Macorís, José Hazim Frappier, a los que se pidió su reacción a la decisión del Tribunal Superior Electoral (TSE) que anuló la asamblea en la que el legislador fue escogido como “presidente” del PRSC. ¿Qué otra cosa podían responder que no fuera decir que aceptan y acatan el fallo que coronó el fracaso de su aventura divisionista? Desde luego, perder una batalla, como dicen por ahí, no significa que van a perder la guerra, y es muy probable que tanto Bisonó como Hazim Frappier continúen en otros frentes los ataques con los que buscan desbancar a Federico Antún Batlle de la presidencia del PRSC, aunque por ahora se lo tomen con calma en lo que maduran una nueva estrategia y organizan la siguiente ofensiva. Mientras tanto Bisonó reiteró, tras señalar que la decisión del TSE refuerza la necesidad de que el Congreso Nacional apruebe la Ley de Partidos Políticos, que seguirá buscando la candidatura presidencial. Y que bueno que así sea si consideramos que la democracia dominicana necesita, con urgencia, renovar de arriba abajo el liderazgo político, pero para que esa renovación sea auténtica y verdadera debe cambiar no solo las caras y los apellidos sino también las prácticas que la han convertido en un mercado persa donde todo se compra y se vende, desde el carguito en el modesto ayuntamiento hasta la candidatura presidencial. Porque no hay nada mas decepcionante que ver a un político joven y con un prometedor futuro replicando las peores prácticas de nuestra envilecida partidocracia, pues liquida la esperanza de que alguna vez las cosas puedan ser distintas. Si Ito Bisonó escoge ese camino, que a veces se presenta como un tentador y conveniente atajo, va a decepcionar a mucha gente.