La oposición a la explotación minera en San Juan continúa su agitado curso, ahora con mas fe, pues el obispo de esa diócesis, monseñor José Dolores Grullón, la ha convertido en una cruzada en defensa de “su verdadero oro”: el agua y la tierra. “Nos hemos reunido hoy para desde el muro de la presa de Sabaneta dar el Grito de San Juan, grito por el agua, grito por la vida; despertemos al liderazgo de la provincia y pongámoslo al servicio de los jóvenes que necesitan fuentes de trabajo y facilidades para desarrollarse.” Pero no fue el único que ocupó espacio en los periódicos oponiéndose a la explotación minera en San Juan. La expresidenta de la Cámara de Diputados, Lucía Medina, declaró ayer que ese proyecto no será posible, por lo que apeló a la “sensibilidad” del presidente Danilo Medina para desestimarlo. Quien está viendo el juego desde las gradas puede apostar peso a morisqueta a que, al menos por ahora, ese proyecto no va, pues no hay que tener mucha sensibilidad para darse cuenta del costo político de aprobar esa explotación cuando San Juan ha dicho, claro y alto, que no quiere mina . ¿Están dispuestos a asumir ese costo el presidente Medina y el PLD? ¿Le van a imponer esa explotación a San Juan “por su propio bien”? De ese susto, sin embargo, no van a morirse los sanjuaneros, pues hace unos días declaró el ministro de Medio Ambiente Francisco Domínguez Brito, un político también muy sensible, mucho mas después de haberse proclamado aspirante a la candidatura presidencial del 2020, que la solicitud de explotación de la minera Gold-Quest todavía no ha llegado a ese ministerio, pero que de todas maneras los estudios que hay que hacer para poder tomar una decisión podrían tomarse hasta dos años. ¿Comprenden ahora lo que trato de decirles?