En Pedernales, como en las tragedias griegas, se cantan y se lloran. Ahora resulta que esa provincia está pasando por la peor crisis económica de su historia, según sus autoridades, luego de que iracundas turbas sedientas de venganza hicieron salir corriendo a los haitianos en represalia por el asesinato de una pareja de esposos a manos de dos de sus compatriotas que tan pronto cometieron el crimen huyeron a su país. Como consecuencia de las tensiones que, de lado y lado, ha provocado ese hecho de sangre no se ha vuelto a celebrar el mercado binacional, lo que ha hecho que las ventas se redujeran a menos de un 20%, en tanto ya se anunció que la zona franca que opera en esa provincia, que emplea a 550 trabajadores, podría cerrar sus puertas debido a que sus mercancías se han quedado sin compradores. Y lo mismo está ocurriendo con una gran cantidad de comercios, lo que dejaría a centenares de pedernalenses sin una fuente de trabajo en una zona donde los empleos son tan escasos como las muelas de garza. El alcalde de Pedernales, Luis Félix Matos (Minguito), explicó que la gente está tan desesperada que no se le ocurre otra solución que lanzarse a las calles a exigir la entrega de uno de los supuestos asesinos que se encuentra detenido en una cárcel de Haití, cuyas autoridades se están tomando todo su tiempo para tomar una decisión. Eso quiere decir que el conflicto puede extenderse y, por vía de consecuencia, agravarse la situación de Pedernales, donde sus residentes están descubriendo de la peor manera que sin los haitianos, los mismos a los que hace dos semanas sacaron literalmente a patadas del territorio dominicano, no podrán sobrevivirle a la pobreza feroz que, en complicidad con los gobiernos y su histórica desidia, se ensaña con la frontera como si se tratara de una maldición.