Para los seguidores del presidente Danilo Medina en la Cámara de Diputados todos los caminos conducen hacia una reforma de la Constitución, ese ajado, manoseado y ultrajado pedazo de papel, pues aunque no lo haya dicho con esas palabras no hay otra forma de interpretar las declaraciones de Elpidio Báez, uno de los más entusiastas promotores de la reelección del mandatario. Según el legislador peledeísta, quien dice contar ya con muchos votos de la oposición para un proyecto reeleccionista que está “montado”, tres son los caminos hacia esa reforma, a la que los leonelistas, por razones obvias, le temen como el Diablo a la cruz. A saber: proponer que las elecciones presidenciales, congresionales y municipales se hagan en una misma fecha; un “acuerdo político” para que se elimine el impedimento al presidente Medina, pero que éste no pueda postularse en el 2020 sino a partir del 2024; y un tercer camino, evidentemente el preferido de Elpidio Báez y el coro reeleccionista en la Cámara Baja, que sería reformar la Constitución para que se permita la repostulación del mandatario para que pueda ser el candidato en el 2020. El ruidoso activismo de las tropas reeleccionistas en el Congreso, no obstante el acuerdo unitario al que se llegó en la reunión del Comité Central del sábado pasado, contrasta con el silencio que guardan los seguidores del expresidente Fernández, que alguien que presume de conocer las interioridades del peledeísmo revuelto atribuye a que se han quedado sin palabras al darse cuenta de que, al igual a como les ocurrió con el Pacto de Juan Dolio en el 2015, con el que le abrieron las puertas a la reelección del presidente Medina, volvieron a ser engañados como niños al participar en el “consenso” que permitió la aprobación a unanimidad de las primarias abiertas.