“La ADP está dispuesta al diálogo para garantizar la paz que requiere el sistema educativo; sin embargo, si las autoridades no crean las condiciones necesarias de respeto al magisterio y sus demandas, estamos listos para tomar las calles. Con nosotros se acabó el amagar y no dar, el de anunciar y no actuar. No hay de otra, es solución o lucha”. Es probable que por tratarse de su toma de posesión la profesora Xiomara Guante, la flamante presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), se sintiera en la obligación de pronunciar un discurso de barricada para sintonizar con el ánimo y las expectativas del público allí presente, el mismo que impidió con rechiflas y abucheos que el profesor Eduardo Hidalgo, presidente saliente, concluyera su discurso de rendición de cuentas de su gestión. Ojalá, insisto, haya sido ese el propósito, y que su anuncio de tomar las calles para hacer valer las demandas del gremio se quede en retórica para consumo del “luchismo” que aún impera en las masas adepeístas. Porque sería mas de lo mismo o algo peor si, como se teme, la profesora Guante convierte la dirección de la ADP en trinchera del partido de oposición al que pertenece, el Revolucionario Moderno (PRM), con lo que faltaría demasiado pronto a su promesa de mantener la política partidaria al margen de la lucha del gremio por sus legítimos derechos y reivindicaciones. Por eso ha provocado inquietud el tono de algunas partes de su discurso, pues no será tomando las calles, o con huelgas y suspensiones de docencia por cualquier pendejada, que la nueva presidenta del gremio magisterial logrará su proclamado objetivo de desmontar “el prejuicio social” de que los maestros son los culpables de la baja calidad de la educación dominicana.